Bali es parte de
las Islas menores de la Sonda, 145 km de largo y 80 km de ancho, 3,2 km al este
de Java. Está situada aproximadamente a ocho grados al sur de la línea del
Ecuador. Su superficie es de 5700 km². La zona montañosa se extiende desde el
centro de la isla hacia su lado este. El punto más alto de la isla es el Monte
Agung con 3142 m de altura, un volcán en actividad, que entró en erupción por
última vez en marzo de 1963.
Tiene clima tropical todo el año. La
temperatura promedio anual es de 30 grados centígrados. Hay dos estaciones; la
de lluvias y la seca. La seca va de abril a septiembre y la de lluvias va de
octubre a marzo pero puede llover en cualquier momento del año, aunque la
lluvia dure poco.
Aunque la religión predominante en Indonesia es el islam, más del 90% de los balineses son hinduistas. Cosa que me encanta ya que la gente que practica esta religión siempre me ha parecido gente maravillosa que transmiten algo especial , algo bueno....
Denpasar, la capital, queda en el extremo sur. Allí viven 500 mil de los cuatro millones que pueblan la isla, visitada cada año por el doble de turistas (la mitad, extranjeros), en una temporada alta casi constante. Prácticamente pegada a Denpasar está Kuta, la playa y el pueblo del que hoy nadie adivinaría un pasado humilde y pescador. En la villa de Kuta se concentran los grandes hoteles de la isla, acompañados por infinidad de bares y negocios, especialmente sobre la siempre congestionada calle Legian.
Las
playas de arena y un litoral abrupto comparten el paisaje con laderas
volcánicas, frondosos bosques pluviales y arrozales tradicionales.
Visitar Bali es conocer la isla de los templos. Se dice que en Bali existen 10.000 templos, y cada uno de ellos es más bonito que el otro. Los más significativos son los templos de Pura Besakih, Pura Tanah Lot, Pura Ulun Danu… conociendo estos templos, se puede entender porque Bali es conocida como la isla de los dioses.Cuando los visité quedé maravillada no por lo espectacular de su construcción sino por la paz que transmiten y las ganas de quedarse allí un buen rato porque realmente compartas la creencia que compartas transmiten una paz difícil de entender....Eso si cuando llegamos las hordas de turistas (algunos...) eso cambia , pero de todo tiene que haber en la viña del señor....
Se pueden visitar muchos templos pero yo me quedo con un par de ellos que por su situación ,sobretodo , son impresionantes:
El Templo de Tanah Lot (Templo de la Tierra en el Mar) es un precioso
templo hinduista ubicado en un islote a 100 metros de la costa suroeste de Bali.
Construido por un sacerdote durante el siglo XVI, el templo está dedicado a
los espíritus guardianes del mar y se cree que está vigilado por las
peligrosas serpientes marinas que habitan bajo la superficie.
Cuando la marea es
alta, la roca en la que se ubica Pura Tanah Lot llega a cubrirse
casi por completo, pero durante algunas horas al día es posible llegar hasta
el templo caminando sin apenas mojarse.
El interior del
templo, al que se accede a través de una escalera tallada en la roca, no se
puede visitar pero al atardecer es posible acercarse hasta el santuario para recibir
una bendición otorgada por los sacerdotes.
Pura Ulun Danu Batur es un complejo formado por nueve templos que contienen un total de 285 santuarios dedicados a los dioses del agua, las montañas, la agricultura o la artesanía entre muchos otros. Dejando a un lado la belleza del templo, el mayor atractivo que posee es su emplazamiento, reflejado en el lago y rodeado por las verdes montañas.
Cada casa tiene su propio templo y las construcciones de muchas son tan bonitas y tan ornamentadas que me costaba distinguir cual era la casa y cual el templo.
Visité una casa tradicional y son una verdadera maravilla , además las familias van viviendo allí de forma generacional cada uno en su propio espacio .Al kosala kosali suelen definirlo como el feng shui balinés. Una tradicional vivienda balinesa , como decía , es un pequeño complejo de construcciones independientes dentro un espacio común, que incluye habitaciones, cocina, almacén y, en especial, un templo, todo cuidadosamente dispuesto y orientado según los preceptos del kosala kosali.
En el interior de la isla se encuentra Ubud que es un pueblo que encarna el espíritu artístico y cultural no solo de Bali sino quizás de toda Indonesia.Tiene unos 30.000 habitantes pero también una población fluctuante de turistas que vienen se quedan una temporada, incluso muy larga, y luego se van.Está rodeado de campos , terrazas de arroz y bosques.
La calle principal de Ubud es Jalan Raya Ubud (Jalan Raya significa «calle
principal»), que atraviesa el centro del pueblo de este a oeste. Dos calles
largas, Jalan Monkey Forest y Jalan Hanoman, se extienden hacia el sur de la
calle principal.
En la intersección de la calle principal y Jalan Monkey Forest
está el palacio Puri Saren Agung, que fue ocupado por Tjokorda Gede Agung
Sukawati (1910-1978), el último rey de Ubud. Hoy lo ocupan sus descendientes, y
su jardín se utiliza para danzas, muy bonito por cierto.
En Bali es imprescindible visitar una de sus preciosas cascadas,Yo en este caso , la de Munduk, que es una maravilla a pesar de los innumerables escalones tanto para bajar como para subir....Bufff .
El entorno es espectacular , y eso que yo no fui en época de lluvias , que debe ser impresionante.
También son espectaculares sus campos de arroz que tampoco los visité en buena época pero se te quedan en la retina.
Mi centro de operaciones estaba en Kuta, centro de turismo puro y duro,pero que a mi me encantó,aproveché para pasear,tomar unas cervecitas y tumbarme al sol, y caminar kilómetros en su kilométrica playa, que no esperes una playa paradisiaca, sino surfera total.Cientos de personas haciendo cursos de surf y predominantemente australianos,que les queda al lado y para su poder adquisitivo es la panacea.Uno de los días me acerque a la playa de Jimbaran que casi es la continuación de la de Kuta, a cenar allí , de noche los restaurantes sacan sus mesas a la arena y ofrecen pescados y mariscos con el marco incomparable de un atardecer en Bali.
De todos modos en la cena prácticamente me decante por un restaurante mínimo regentado por un griego de cuyo souvlaki y musaka , no pude despegarme....
La eterna sonrisa de Bali ,bien merece la pena.
